Tengo que reconocer que esta acción me ha sorprendido doblemente. Por un lado, por la profesión a la que hace referencia («revisora») y, por otro, por la estrecha unión entre el soporte de merchandising elegido y el mensaje que se comunica.
Algo tan sencillo como modificar un lápiz incrementándole la goma de borrar y reduciendo el tamaño del lápiz se convierte en practicamente una tarjeta de presentación de lo más original y efectiva.
Visto gracias a Frederik Samuel