Empezamos a hacer nuestra esta frase que no para de repetirse en nuestras televisiones a través de breves y diversos spots que logran lanzar un mismo mensaje desde muy distintos escenarios y situaciones: empleados en una oficina, amigas en la peluquería, amigas en una cafetería, hermanas de padres divorciados y así un largo etcétera.
El eje que todas estas situaciones tienen en común es que muestran momentos de la vida cotidiana en la que un Mercedes entra a formar parte de la vida de una persona que hasta hace tan sólo unos poquitos años no era precisamente el público objetivo de esta marca.
Para aquellos que aún no habéis disfrutado de esta genial campaña aquí os dejo algunos de los spots
Con tanta variedad de spots lograr la coherencia que ha logrado Mercedes es muy complejo y creo que este aspecto es precisamente el que más destaca. Todos y cada uno de los mensajes completa al siguiente.
Como decía antes, Mercedes se había posicionado como una marca de coches dirigido a un público muy exclusivo en todos los sentidos. Eran mayoritariamente hombres, cabezas de familia, con edad superior a 50 años y poder adquisitivo alto.
Sin embargo, Mercedes se dio cuenta hace muy poquito que este posicionamiento tenía fin y que era necesario desaprender y actualizarse. A raíz de este cambio de imagen, la marca trata de posicionarse entre un público más joven y variado con campañas como la que os he presentado en este post.
Lo cierto, es que es difícil cambiar un posicionamiento bien arraigado, como podía ser el de Mercedes. Sin embargo, las acciones encadenadas que la marca está haciendo en los últimos años, lo están logrando a paso lento pero seguro.